Hasta el momento no se conoce quién será su reemplazante. Como dato ilustrativo del remezón que está sufriendo el oficialismo sanjuanino, se conoció que hubo un recambio en la cúpula del área de Tránsito y Transporte de la provincia de San Juan.
Texto de la Renuncia de Leonardi:
Sr. Gobernador de la Provincia de San Juan
Ingeniero José Luis Gioja
S/D
El que suscribe, Guillermo Aníbal Leonardi, desea por la presente expresar:
Desde antes de cumplir mi mayoría de edad, comencé a militar en el Justicialismo, con tremendas ilusiones. Incluso, durante mi militancia formé muchas amistades y hasta conocí a quien hoy es mi esposa; la persona con la que he compartido toda mi vida.
Mis ideales se sustentan en la convicción de que con la política se resuelven todos los problemas importantes de una sociedad.
La política, a mi entender, es la madre de todas las ilusiones y sueños de los ciudadanos de un país.
Sr. Gobernador, deseo destacar que soy conciente de que tanto usted como muchos otros compañeros peronistas empeñaron su vida por esta pasión, que es la política.
Nuestra militancia amerita los grandes esfuerzos que realizamos, a fin de conseguir los objetivos enmarcados en el bien común y en el servicio al pueblo, siempre guiados por los ideales que nos legaron el General Perón y su esposa Evita.
Cabe destacar que los logros conseguidos en el último tiempo fueron en base a principios tales como la lealtad, la voluntad del pueblo, la ley y la participación.
En el marco de lo dicho, agradezco infinitamente su ayuda y convocatoria para desempeñar las importantes funciones que me fueron designadas, y la oportunidad de acompañar el que, a mi juicio, es el gobierno más importante que hasta hoy ha tenido San Juan.
Sin embargo, quiero manifestar mi disconformidad con la línea que está siguiendo, ya que, por no existir un marco de conducción, no comprendo cuál es mi lugar.
Tal como se presenta esta propuesta a futuro, y considerando las circunstancias actuales, no existen, reitero, conceptos claros de conducción.
Esto provocó que algunos compañeros nos sintiéramos poco necesarios (cuando no juzgados u ofendidos) y condicionados en nuestro propio pensamiento político, a causa de algún personaje que, maliciosamente, transmitió falsa información, en detrimento del pensamiento real, profundo y serio que me caracteriza.
Esos personajes, que inventan o tergiversan datos, forman parte de una película que ya tuve oportunidad de ver; y ese no es mi juego.
Por otro lado, considero que con la enmienda de la Constitución dañaremos irreparablemente a las instituciones, a la democracia y a la libertad, provocando un gran distanciamiento de los preceptos impartidos por nuestro querido General. Asimismo, se perderá el rumbo señalado por nuestra presidenta, que es la conductora nacional de nuestro movimiento.
Sr. Gobernador, mi carrera y mi vocación son muy importantes para mí, son mi vida, como sé que lo son para usted en sus circunstancias. Por eso, he aprendido cuál es mi límite.
Lo manifestado afecta mi estado anímico y mi autoridad para opinar con libertad sobre diferentes temas de actualidad. Por lo tanto, y considerando la imposibilidad de informarle cada unos de mis pensamientos, ya que, evidentemente, lo ocupan asuntos más importantes, me veo en la necesidad de presentar mi situación actual por este medio, ya que lo expuesto afecta mi felicidad y mis personalísimas convicciones como peronista, como persona, como ciudadano y, esencialmente, como político.
Inicialmente expresé que, al igual que usted, creo y siento haber entregado mi vida por estos sueños y mantengo el deseo de seguir actuando en política y de conversar con usted de igual a igual, de ciudadano a ciudadano, de compañero a compañero.
Sólo resta resaltar que en el 2003, después de la interna que tuvo lugar ese año, le manifesté que competía por la intendencia de Capital, pero no en contra de su proyecto, sino como otro peronista militante con aspiraciones propias, basado en la competencia, en la participación y en la renovación democrática de dirigentes.
No obstante, reconocí que ese era su momento y que quería acompañar este proyecto, a pesar del resultado de la interna y así lo hice; aún en contra de muchas críticas y a pesar de muchos conceptos.
Soy sólo uno más, un simple hombre que es parte de un gran movimiento; mis opiniones son insignificantes. Lo verdaderamente importante es lo que diga la mayoría.
Pero, en lo personal, necesito ser leal, con usted, con el pueblo, con mi propio pensamiento, con mis compromisos de vida y con el movimiento justicialista.
Compañero, primero la patria, después el movimiento y por último los hombres.
Reitero, soy un militante de paso, pero la patria y el movimiento perdurarán por siempre. Por considerarme insignificante sé que su gobierno, que es el nuestro, no perderá nada con mi partida, sólo un hombre que fácilmente será sustituido.
Seguramente comprenderá mis palabras, ya que tengo la certeza de que son oportunas y que en el futuro me permitirán forjar con usted una verdadera amistad, para así lograr la confianza de la que carezco en el presente.
Tengo la seguridad de que con el tiempo, cuando dejen de existir nuestros actuales roles, lograremos una relación diferente. Dios así lo quiera. Lo respeto y lo quiero bien, no lo dude.
Por todo lo dicho y lo omitido, que usted conoce perfectamente, presento mi renuncia al cargo de Secretario de Gobierno, Justicia y Derechos Humanos del Gobierno de la Provincia de San Juan, con el cual fui honrado.
Finalmente, quiero agradecer nuevamente a usted y a todos los integrantes de nuestro movimiento, por haberme permitido formar parte de este gobierno, pudiendo participar en forma directa y concreta, con acciones y responsabilidades que me enorgullecen. Estas últimas son las que nos permiten, como usted dice, caminar con orgullo por San Juan.
Mi único capital es el honor y la lealtad a la patria, al pueblo, al movimiento, y a los hombres y mujeres con los que asumí un compromiso.
A fin de preservar los logros detallados y de poder, de frente y con honor, seguir conversando con usted y con cualquier otro ciudadano, presento esta renuncia y solicito que la acepte.
Quizás, en otras circunstancias, resulte nuevamente útil para el proyecto político del justicialismo. Si ese día llega, estaré como un soldado de la causa justicialista, no lo dude.
Cumplido mi deseo de expresarme libre y sencillamente, y esperando que comprenda mis palabras, lo saludo muy afectuosamente y le pido a Dios que lo ilumine por y para el buen destino de San Juan y de Argentina, que tanto lo necesitan.
Espero sinceramente que cumpla con su destino como hombre y político.
Muy agradecido, lo saludo con un afectuoso y caluroso abrazo peronista.
Dios lo Bendiga.
Guillermo Leonardi.