¿Epidemia?
por Aurora Pérez
A la luz del día o de la noche muere gente por esa causa. Mucha mas queda inmovilizada, quebrada, rota, destruida, desgarrada, desesperada, enloquecida. Los casos se repiten dramáticamente entre la población negra, blanca, roja, etc. Pobres, indigentes, adinerados, intelectuales, vecinos, viejos y jóvenes. En nuestro país hay alrededor de 20 muertos por día y muchos más afectados, por esa causa. Cuando la gripe A se extendió, entramos en alerta y a veces en pánico, tomamos todas las medidas que nos enseñaban la televisión, la radio, los afiches. Hasta que se terminó. Pero inexplicablemente con esta otra causa de muertes, poco o nada se hace a pesar de las campañas: Accidentes de tránsito.
Tiempo atrás tuve la oportunidad de asistir a una de las charlas que acerca de educación vial, se realizaron en el departamento de Jáchal. Varios videos y cortometrajes acompañaron las explicaciones de los diferentes disertantes que se desempeñan en organismos e instituciones como el hospital San Roque y Vialidad. En los mismos se hizo referencia a cuestiones como la importancia del uso del casco entre los motociclistas, el cinturón de seguridad en el caso de automovilistas; la velocidad, el alcohol. Normas básicas de seguridad, etc. Tanto alumnos como adultos asistentes, mostraron un total conocimiento de esas normas. Posteriormente los jóvenes realizaron producciones como afiches, cortometrajes y maquetas expresando sus conclusiones y opiniones. Todo ello fue presentado en una jornada en común.
Sin embargo y pese a las fuertes campañas, en la calle no se ven cambios significativos. Salvo en las entradas de algunas escuelas, en que la policía municipal cuida el orden en cierta medida, no se ven grandes avances en este sentido.
Bicicletas en contramano, motociclistas sin protección y a altas velocidades, automóviles, camiones y todo lo que sobre cuatro ruedas se te pueda ocurrir, en doble fila; proveedores!!!Conductores conversando a mitad de la calle. Madres. ¡Madres y padres! con sus pequeños de la mano del lado de la calle. Veredas en mal estado o en buen estado en desuso. Pintadas. Jóvenes de la mano del Tetrabrik o del porrón; volviendo de lugares como el vivero municipal en la noche o de madrugada, amparados solo por un impotente ángel de la guarda.
En definitiva, adultos responsables totalmente irresponsables. Adultos que no dan el ejemplo, adultos que entregan a sus tesoros mas preciados armas mortales sin un mínimo de seguridad, sin un mínimo de amor. Ante la falta de todo esto, lo que queda es el rigor y la dureza en la aplicación de la ley.¿Será la solución? ¿Cuál es el antídoto y tratamiento para esta causa de muerte e incapacidad que supera en número a cualquier otra enfermedad como el sida o el cáncer? Estés donde estés el tratamiento no es otro que actuar en pos de la prevención, con firmeza y con amor. No hay otra.
“Martín se subió a la moto. Pensó en dejar los deberes para mañana, ahora le importaba llegar pronto. Los chicos y las chicas se juntaban en la plaza otra vez. Pidió más plata desde la moto. Su madre le alcanzó 10 pesos. "Vengo mas tarde", dijo y se fue. Aceleró pensando en la juntada, le gustó la sensación, aceleró un poco más. Miró hacia atrás mientras cruzaba. Tarde. Meses después, en una cama del hospital ignora hasta su nombre. El casco había quedado intacto sobre la mesa.”