La sequía provoca pelea entre viñateros
y se complica la generación eléctrica
El fallido pronóstico hídrico de Millón dejó al descubierto la improvisación en el área. Las entidades vitivinícolas denuncias que sus afiliados hoy pelean a trompadas por los turnos de agua. Aunque el EPRE aseguró que no estará en peligro la provisión de electricidad, el caudal del agua indica otra cosa.
La imprevisión y las desprolijidades del titular de Hidráulica, Jorge Millón, provocó que la población no fuera alertada de la sequía que se avecinaba y que los derroches de agua estén al orden del día. Hoy se les pide responsabilidad en el consumo y utilización del líquido vital pero se olvidan que como Estado fallaron a la hora de pronosticar el caudal hídrico para este verano. Ese error habría sido uno de los motivos que llevaron a Daniel Greco que madurara la idea de alejarse definitivamente del EPSE ante un ofrecimiento laboral por parte de una importante empresa privada.
Aunque muchos no quieran hacer responsable al gobernador Gioja de la inoperancia de Millón, está claro que el titular de Hidráulica no llegó por el voto popular a ese cargo y fue nombrado y ratificado por el actual mandatario. Por lo tanto, si Millón no renuncia el responsable de tanta inoperancia es indudablemente el ministro de la Producción, en primer término, y por último el gobernador de la provincia.
Aunque existe un inexplicable silencio, productores agrícolas cuentan a diario los serios problemas que están viviendo para proveerse de agua. En la zona de Pocito hay pozos de agua donde la napa freática ha bajado considerablemente y las bombas están “chupando” aire. Eso determina que los trabajos de perforación se han iniciado alarmantemente ya que son varios metros los que se deben perforar para asegurarse del líquido vital.
Pero hay zonas donde la pelea por el agua ha dejado de ser metafórica. Hace una semana atrás dos productores vitivinícolas se trenzaron a golpes de puño en plena calle de Albardón por el turno de agua. Algunos recuerdan que esto ocurría a principio del siglo pasado y fue por eso que cada turno de riego se hacía armado de una escopeta. Con el tiempo y con la organización esas “vigilias” fueron dejadas de lados.
No obstante, al principio de la década del ‘70 una fuerte sequía, que llevó a que varios pidieran que se dinamitaran los glaciares de Calingasta, volvió a poner en escena las “custodias” armadas en los turnos de riego. De aquella experiencia, el gobierno bloquista de aquella época dejó varios manuales pero al parecer Millón no leyó ni siquiera uno.
Pronosticar que no iba a ver problemas con el caudal hídrico fue el mayor error de esta administración pero lo profundizó aún más cuando sostuvo los dichos de Millón, al punto tal que tuvo que salir casi corriendo para evitar que los viñateros lo golpearan.
Mirar para otro lado y confiar que el riego por goteo será la solución a tanta improvisación no hace más que agravar la situación. Un viñatero pocitano en una de las reuniones de la Asociación de Viñateros Independientes sostuvo que “no voy a dejar que el gobierno me haga perder la inversión de toda una vida porque privilegia el agua para otras actividades. No puede ser que digan que no habrá problemas cuando ya lo estamos viendo en nuestros pozos. Alguien tendrá que pagar tanta inutilidad. No me importan quién”.
Pero esta sequía que está afectando a San Juan increíblemente aún no ha logrado la atención seria del gobierno y se niega a declarar la emergencia hídrica. No quiere quedar en evidencia ante la población que no hicieron las previsiones del caso y evitar que las críticas a la minería se generalicen pese a que en Calingasta solamente el proyecto Casposo hoy tiene actividad. No obstante, hay varios trabajos de prospección minera y petrolera que se están llevan a cabo en las nacientes de los ríos que forman los afluentes del rio San Juan.
No es tema fácil pero ante tanta negación e improvisación el ciudadano común no puede creer que tenga que pagar 50 pesos para entrar a una pileta o que el camping de Rivadavia cobre 18 pesos por personas. Claro, lo hacen para que aquellos que en enero y febrero concurrían a los clubes del peri lago de Ullúm no saturen las piletas de los clubes privados.
Para colmo las altas temperaturas que asolan al país en nada ayudan a las improvisaciones del gobierno. Un trabajador del sector energético días pasado contó que la cantidad de agua que existe en el dique Caracoles solo alcanzaría para 100 días. Si en ese lapso las lluvias no ayudan, la situación se tornará peligrosa y ni siquiera la renuncia de Millón logrará calmar los ánimos de los sanjuaninos.
La situación es crítica y al parecer el gobierno no piensa dar el brazo a torcer. En este escenario, la presentación del relevamiento de los glaciares pasó sin pena ni gloria y existe la creencia popular que el informe ha sido preparado para favorecer a las mineras y no a los sanjuaninos.
Fuente: El Tribuna digital