Gran Hermano: la TV mediocre

Por Ernesto Simón

Con 20 participantes de los cuales es difícil extraer una sola idea interesante, arrancó el domingo el Gran Hermano 2011. Conducido por Jorge Rial, quien se salía de la vaina porque pisaba el estudio de Telefe, una patria que siempre le estuvo negada, ya largó la sexta versión del reality más vacuo e inconsistente de la TV argentina. Los participantes se encuentran dentro de una casa que cuenta con todo el confort al que nunca llegarán la mayoría de los argentinos. “Lo que antes estaba prohibido, ahora va a estar permitido”, aseguró Jorge Rial, pretendiendo parecer transgresor. Desde la casa, una legión de bobos lo aplaudía mientras él los azuzaba diciendo: “ya están jugando chicos”. El nuevo ciclo de Gran Hermano se emite to­dos los días desde la pantalla de Telefe. Esta clase de ciclos, utiliza hasta el abuso ciertos recursos burdos y zonzos, que llevan al televidente a pensar en nada: justo lo que algunos necesitan para vender mercancía y mantener mansa a una teleplatea de conformistas. Mi­entras tanto, todos los programas de la siesta y la tarde se hacen eco de tamaña mediocridad. Emitir este tipo de contenidos, tan vacíos y anodinos, es una forma de degradar a los más jóvenes. Es decirles que el esfuerzo intelectual y el trabajo no sirven de nada. Es darles un mensaje hedonista y lleno de basura. Una mierda.