A qué me suena el fin de año

por Aurora Pérez

Año nuevo. Depende para donde mire y para donde escuche, a qué me suena el fin de año. A cuenta regresiva, me suena cuando veo la rápida degradación del medio ambiente, más todavía cuando escucho y veo la indiferencia oficial en estas áreas. Todavía mas cuando veo que las políticas desde el gobierno, van en sentido contrario a lo que dicta el sentido común y la racionalidad. El más básico instinto de conservación.  Años atrás nos tildaron de apocalípticos, exagerados, terroristas ambientales; ahora está pasando lo que dijimos, la escasez de agua es evidente en diferentes lugares de la provincia muy por el contrario de lo que decía el titular de Hidráulica, Millón, a quien el cargo le queda bolsa.  Cuando veo la pasividad de los buenos, como decía Martin Luther King.
Me suena a decepción el fin de año, cuando veo la desidia y la falta de capacidad de quienes tienen a su cargo los destinos del pueblo.  Lo descuidados que tenemos los lugares turísticos me da vergüenza. Los baños en el vivero dan asco. Las familias que van de día se encuentran con la indescriptible situación en los dejan los habitantes nocturnos a quienes poco o nada se les puede pedir consideración y respeto por los efectos del alcohol.
Las veredas rotas y sucias, los escombros acumulados, los árboles cortados de cuajo…los humitos de pequeñas o grandes dimensiones. El aire puro que ya no es. El cielo limpio que busca surgir entre el negro resultado de la total falta de respeto.
El arroyo cantarín con su puente cristalino saturado de peces muertos y de otros que se retuercen en el barro.
Los ojos anegados de quienes, en 25 de mayo, perdieron su ganado con la sequía. Mientras lingotes brillantes se muestran como un trofeo en la cúspide del monumento a la ambición, son extraídos a fuerza de enormes cantidades de agua utilizada al efecto. La igualdad justamente pretendida en nuestra Constitución, pisoteada por sus supuestos guardianes y ejecutores.
La bandera canadiense flameando burlona en NUESTRA cordillera y un gobernador demagogo paseando por la ruta dinamitada del LIBERTADOR. 
A bronca me suena el fin de año, cuando los niños en la calle, cuando un hogar hecho oficinas, cuando los jóvenes sin casco y a mil y mientras un informe pobre en los operativos policiales.
A tristeza me suena cuando la ignorancia, aprovechada. Cuando el asistencialismo paralizante, cuando los votos comprados a la dignidad perdida.
Asco me da cuando escucho temprano la adulación a la venta personal de la patria. Cuando escucho lo que no se dice, cuando veo lo que se oculta en pos de bolsillos que ni siquiera son los propios. Cuando los atrincherados en cero kilómetros blindados se pretenden autosuficientes.
El consuelo, tal vez absurdo de pensar que todo esto se termina con el fin de año.
Pero también el consuelo justificado y con fundamento de que la conciencia está despertando, cuando una nueva ley pretende imponerse con justicia, cuando la gente en la calle afirma que se debe cambiar el rumbo. Cuando los chicos enseñan. Cuando las voces de repudio se levantan y la indignación corta el camino del miedo y la duda.
A esperanza me suena el año nuevo cuando la espontaneidad destruye la hipocresía. Cuando los temores se vencen. Cuando la gente se organiza para mejorar. Cuando la rebeldía juvenil reprocha la irresponsabilidad adulta.
A amanecer me suena el año entrante cuando la voluntad vence a la desidia. Cuando la solidaridad se pone en acción. Cuando el afectado se pone en movimiento y rema hacia la orilla sin esperar siempre la dádiva.
A nacimiento de un destello me suena el año nuevo cuando escucho a los chicos. Cuando veo a los viejos no claudicar y aportar su experiencia.
Cuando con orgullo veo que el deporte entre jóvenes y grandes se extiende y desplaza al alcohol y cia.
Cuando escucho la campana que se busca silenciar entre tanto estruendo que provoca la estupidez. Cuando en el campo las tradiciones rescatadas. Cuando las banderas levantadas  y la curiosidad despierta. Cuando los intelectuales salen de su mutismo o de su burbuja.
Es mucho lo que falta, pero la situación comienza a revertirse, la conciencia a despertar. Alguien dijo una vez, mientras mas grande el caos, mas pronta está la solución. Es de esperar que prevalezca la racionalidad para que no haga falta el caos,  para que las soluciones comiencen a aparecer, espero que no sea tarde…
A esperanza me suena el año nuevo.