Cámpora: un leal para el kirchnerismo, un incapaz para Perón
El general terminó furioso con el ex presidente. "Se dejó copar por la izquierda".
Por Ceferino Reato (*)
El kirchnerismo ya elevó al ex presidente Héctor Cámpora como un símbolo de la lealtad al pueblo y al peronismo y su apellido designa a la principal corriente juvenil del oficialismo, La Cámpora, que es liderada por el hijo presidencial, Máximo Kirchner. Todo eso a pesar de que el fundador de ese movimiento, Juan Perón, terminó sus días enojado con Cámpora, furioso porque "se dejó copar por la izquierda", según cuenta Carlos Seara, notable cardiólogo que entre 1973 y 1974 integró el equipo de médicos que atendió al anciano general.
Seara escribió un libro con otro de los miembros de aquel staff, Pedro Cossio hijo, en el cual relatan aquellas vivencias.
Cossio afirma, por ejemplo, que el último acto de gobierno de Perón, dos días antes de morir, el 1º de julio de 1974, fue firmar el decreto de cese de Cámpora como embajador en México (al exilio dorado al que lo había enviado el propio Perón) y agrega dos detalles: que el decreto no contenía el clásico "se agradecen los servicios prestados" y que Perón estaba tan molesto que al firmar hundió tanto la lapicera que rompió el papel, que había sido apoyado sobre un almohadón.
Cámpora había ganado las elecciones del 11 de marzo de 1973, hace 38 años, gracias al dedo de Perón. Ocurrió que la dictadura del general Alejandro Lanusse había prohibido en forma indirecta que Perón se presentara a esos comicios; obligado, Perón designó como candidato a Cámpora, un odontólogo de San Andrés de Giles que era su delegado en el país.
Perón siguió aquellas elecciones en su exilio en Madrid. Había vuelto al país el 17 de noviembre de 1972, el día de la famosa foto que muestra al titular de la CGT, José Ignacio Rucci, protegiendo a Perón con un paraguas. Estuvo unas semanas, tiempo suficiente para designar a Cámpora como candidato para enojo de los sindicalistas, que preferían a Antonio Cafiero.
La principal virtud de Cámpora era su lealtad a Perón, que varios ridiculizaban de tan extrema que era. Circulaba un chiste: "Perón se está afeitando y desde el baño le pregunta a Cámpora: ´Doctor Cámpora, ¿qué hora es?´. ´La que usted quiera, mi general´, le contesta Cámpora parado cerca de la puerta".
Perón estaba cómodo en el esquema que había ideado y que fue el lema de la campaña electoral: "Cámpora al gobierno, Perón al poder". "Voy a ocuparme de ciertos temas y a ser un hombre de consulta; un manager, como se dice ahora", afirmó el General en una entrevista. Y eso era funcional con su edad avanzada y sus problemas de salud.
Todo anduvo sobre ruedas hasta que Cámpora se calzó la banda, el 25 de mayo de 1973. Los problemas con Perón comenzaron esa misma noche, cuando columnas de jóvenes, hegemonizadas por Montoneros, abrieron literalmente las cárceles y dejaron salir a guerrilleros que habían sido condenados o estaban siendo juzgados por un tribunal especial. Todo eso sin esperar la amnistía que había sido acordada por Cámpora con todas las fuerzas políticas pero que necesitaba de 48 horas para que se concretara bajo la forma de una ley.
Este apriete juvenil y la incapacidad de Cámpora y de su gobierno para mantener la situación bajo control irritaron a Perón, que desde su exilio madrileño pudo contemplar el caos derivado de las ocupaciones de edificios púlicos y privados: cualquier grupo con una demanda insatisfecha se creyó con derecho a ocupar una repartición pública, un hotel o una pinturería.
Perón anticipó su regreso y forzó a Cámpora a presentar su renuncia, apenas 49 días después de haber asumido. Según confiaría unos meses después al doctor Seara, "ocurrió lo impensado: Cámpora se dejó copar por la izquierda". Hubo nuevas elecciones y Perón triunfó con más del 61 por ciento de los votos el 23 de septiembre de 1973. En aquellos comicios, el protagonismo electoral ya no fue de las Juventud Peronista y de los montoneros sino de sus rivales internos, los sindicatos. El tiempo de aquellos jóvenes y del propio Cámpora ya había pasado.
(*) Periodista de Perfil y autor de Operación Primicia.